4 de marzo de 2013

Zhoumo que no Zumo

Este ha sido mi primer finde no caotico, desde que llegue a China, sin el ir y venir de los papeleos, autobuses, y más papeleos, aunque esta semana que entra, me toca más de lo mismo, para lograr la ampliación de mi visado, pues antes de dartelo tienes que ser residente señor presidente.
El finde comenzó con unas timbas de cartas en casa de unos franceses compañeros de clase, junto con unos cuantos chinos que nos siguen a todas partes para fardar (esta palabra es muy ochentera, pero este país es muy retro)
Quien me iba a decir que en China el Uno iba a ser el juego de moda!! Menos mal que no saben el nombre común en español...
Tras las risas y el speed dating, para conocernos todos, llamamos a un club para reservar mesa. En que consiste esto... Pues bien, es cuanto menos interesante... Al llegar no pagas la entrada, el guardaropa es gratuito, y tienes preparada una mesa con dos o tres botellas de importación (no pongo marcas porque esto es para todos los publicos:), junto con unos cuantos zumos para mezclar, ya que a los chinos eso de las burbujas y las bebidas frías no les ponen demasiado. Además de su respectiva cubitera,  nos agasajan con unas fuentes de frutas fresca de todos los colores y fromas posibles y un sinfín de bandejitas con frutos secos de olores muy extraños, que mejor no quise probar, pues aquí hasta los cacahuetes son diferentes, están como pasados por agua y blandurrios:)
Ah! Y que haces allí?
Pues te sientas, bebes, bebes, luego bebes otro poco, siguen trayendo más bebida y comida, te limpian la mesa, te traen dados y cartas, y al final... pues bebes. Esa es la fiesta china de uno de los locales más glamurosos de este lado del mundo.
Hay muy buen rollo, con eso de que hay pocos occidentales y todos se juntan en el mismo lugar, y al final te haces amigo de todo el mundo, es como un mini occidente, de momento, ningún español, aunque hay muchos viajeros que chapurrean más de 5 idiomas. Es un tipo de vida peculiar pues muchos de los "andantes" hay trabajado en tantos lugares del mundo que cuando les preguntas de donde son tienen dudas, y su lugar de residencia nada tiene que ver con donde vivieron, sino donde se sintieron.

Un abrazo grande y ya sabéis...  De postre...  Mucha fruta "fresca!"

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